22/2/10

¿Tiene futuro la prensa escrita?



Las nuevas tecnologías de la comunicación y la información, y más concretamente Internet, están cambiando la forma de entender el mundo. La posibilidad de reportar sucesos de todo el mundo instantáneamente y de manera global ha puesto en jaque a la figura del periodista tradicional. Ya no es necesaria una carrera universitaria ni un trabajo cualificado para informar de que algo está pasando. Y todo el mundo parece tener algo que decir.


La democratización de la información avanza a pasos agigantados y ello ha resultado ser un duro golpe para la prensa escrita, que no puede competir en ubicuidad y rapidez. Sin embargo, muchas de las publicaciones escritas han sabido adaptarse y han abierto sus propios portales en la Red para ofrecer sus noticias al mundo entero.

Aún así el panorama resulta algo caótico, ya que han aumentado considerablemente el número de fuentes. Que sean fiables es ya otro asunto. El periodista tradicional siempre ha reflejado un cierto grado de estatus, de autoridad sobre aquello que reportaba. La información que nos llega de Internet puede ser tan válida como el comentario de un vecino. Es necesario invertir una cantidad considerable de tiempo contrastando esa información, buscando otras voces que den su visión, pues el informador puede no estar sujeto al deber de ser veraz.

Los periódicos y las revistas especializadas aún conservan la imagen de informadores “oficiales” con profesionales que se dedican a ello. Además, se trata de algo tangible, palpable. Con mayor legitimidad por el valor añadido que le da esa característica empírica de la tradición periodística.

Sin embargo, esto último tiene un valor relativo y tiene que ver con el modo en el que entendemos el acceso a la información. Pongámonos en antecedentes.

Lo que entendemos como prensa escrita a día de hoy surgió en la Ilustración. Fue utilizada como instrumento de la burguesía para culturizar e informar a una población ignorante. Población que necesitaban para conseguir la hegemonía frente a una nobleza reticente.

Resulta imposible no realizar la asociación de ideas. Por aquella época, eran muy comunes los panfletos, que “cualquiera” podía imprimir, y repartir sus pensamientos por la calles. En la actualidad, cualquiera puede escribir sus pensamientos y colgarlos en la Red para que lo lea todo el mundo. Es el mismo proceso, pero desde una vía diferente.

El cambio ya está aquí. Es el cambio de las tecnologías, pero no el de los principios. El objetivo común de aquellos que informan honestamente sigue siendo la contrastación y reportaje de información valiosa. Un esfuerzo que está teniendo sus frutos día a día con proyectos en constante crecimiento como Wikipedia o Wikileaks. Un esfuerzo que responde a las necesidades de una sociedad en constante evolución, acelerada por la globalización.

¿Va a desaparecer la prensa escrita tradicional? Es posible ¿Va a desaparecer la prensa escrita? Definitivamente no. Sólo mutará hacia el siguiente nivel. Gustavo Martín Garzo dijo “un periódico es el relato polifónico de un pueblo entero”. Pero el discurso cerrado se ha acabado. Cada vez más personas pueden aportar su visión de la realidad. El pueblo entero es ahora el mundo entero. Es la aldea global de McLuhan con todo el orbe como periódico, accesible desde la Red.

Quizás algún día digamos adiós al papel impreso, pero nunca a las noticias.